Los efectos del estrés en nuestra salud

Hemos mencionado que cuando nos encontramos ante una situación de estrés nuestro cuerpo entra en un estado de lucha o huida. Este era el mecanismo que utilizaban nuestros ancestros para escapar de un león o luchar cuando fuera necesario para la supervivencia. 

Este post es parte de una serie, puedes ver la primera publicación sobre El Estrés y la Salud Intestinal aquí.

La primera etapa de la respuesta al estrés se llama reacción de alarma. En esta reacción de alarma ocurren varios cambios en nuestro organismo, entre los que podemos listar: 

  • Los latidos del corazón, la respiración y la presión sanguínea aumentan para poder suplir de más oxígeno a nuestros músculos y cerebro. 
  • La función digestiva disminuye para apoyar el flujo sanguíneo al cerebro y músculos. 
  • Grasa y azúcares almacenados – las principales fuentes de energía de nuestro cuerpo – son movilizados para producir energía. 

Durante esta respuesta al estrés también son liberadas algunas hormonas como el cortisol y la adrenalina. 

El Cortisol

El cortisol es una de las hormonas responsables de los cambios que acabamos de mencionar. Esta hormona está en su nivel de producción más elevado en las mañanas, es la que nos ayuda a levantarnos de la cama y luego su producción disminuye progresivamente hacia la noche. 

Cuando el cortisol se produce en cantidades apropiadas nos protege contra el estrés excesivo, pero cuando la producción de cortisol es demasiado elevada por un largo periodo de tiempo y en momentos del día fuera de lo regular (por ejemplo en las noches) es esto lo que puede causar desbalances como (1): 

  • Elevados niveles de azúcar en sangre
  • Una respuesta inmune suprimida
  • Permeabilidad intestinal
  • Incremento en la necesidad de comidas altas en azúcares y carbohidratos (tipo comida rápida o chatarra)
  • Pobre función cognitiva y memoria
  • Pobre función tiroidea
  • Incremento del almacenamiento de grasa en el hígado y el área abdominal
  • Ansiedad y depresión

Si queremos ir más allá y enfocarnos en el impacto en nuestro sistema gastrointestinal podemos mencionar: la enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE), la úlcera péptica, el Síndrome del Intestino Irritado e incluso alergias alimentarias. 

Estudios experimentales han demostrado que el estrés psicológico afecta el tiempo normal de tránsito del intestino delgado lo que puede reflejarse como diarrea, estreñimiento o ambos, estimula el crecimiento excesivo de bacterias patógenas e incluso compromete la barrera intestinal lo cual puede verse como erupciones en la piel, acné o rosácea (2).

Si cuando estás estresado se te activa el reflujo, el dolor de estómago o notas cambios en tu frecuencia del ir al baño. Si luego de pasado el evento quedas con esa necesidad o cravings por cosas dulces o saladas altas en grasas ya puedes tener una idea de lo que puede estar pasando.

Este post es parte de una serie, puedes ver la primera publicación sobre El Estrés y la Salud Intestinal aquí.  

El estrés es algo de lo que hoy en día no podemos escapar, lo que sí podemos hacer es incluir en nuestro día a día algunas prácticas que pueden ayudarnos en manejarlo adecuadamente. 

(1) Chris Kresser.com, How Stress Wreaks Havoc on your Health

(2) BioMed Central, Acne Vulgaris, Probiotics and the Gut-Brain-Skin Axis