¿Padeces de frecuentes condiciones digestivas como gases, pesadez, inflamación abdominal, dolor de estómago, estreñimiento o diarrea? O quizás presentas otros síntomas no digestivos como depresión, ansiedad, cansancio, brotes en la piel o neblina mental.
Lo que todos estos síntomas podrían tener en común es un intestino permeable. 
El término intestino permeable hace referencia a cuando la pared intestinal se ve afectada por espacios que permiten que el contenido del intestino, como bacterias y partículas de alimentos, permeen al flujo sanguíneo, pudiendo ocasionar enfermedades autoinmunes, subida de peso, falta de energía e intolerancias alimenticias.  
Sin embargo, no podemos hablar de un intestino permeable sin mencionar a la bacteria que vive en nuestro intestino. Esta bacteria (estamos hablando de unos 100 trillones de ellas) pueden tener más control sobre nosotros de lo que nos imaginamos. Ellas tienen una conexión directa con nuestro cerebro y por lo tanto pueden afectar nuestros estados de ánimo, capacidad cognitiva, nuestro peso, digestión y más. 
Pero, no toda la bacteria es igual, hay bacteria buena y bacteria oportunista. Ambas conviven en nuestro intestino siendo la bacteria benéfica la que lleva el control. Si la bacteria patógena comienza a proliferar, debido al estrés crónico, una dieta ultra procesada y carente de nutrientes, toxinas ambientales como metales pesados y moho, pesticidas y otras causas, esto es lo que puede llevarnos a un intestino permeable. 
La buena noticia es que hay varias cosas que podemos hacer para liberarnos de la causa raíz del problema. 

 10 SEÑALES QUE TIENES UN INTESTINO PERMEABLE

Uno de los retos con el intestino permeable es que los síntomas pueden ser muy amplios y parecer no estar relacionados, sin embargo si tienes varios de los síntomas listados a continuación es muy probable que el recubrimiento de tu intestino se encuentre comprometido. 
A continuación 10 señales de un intestino permeable:
  1. Molestias gastrointestinales como inflamación abdominal, gases, diarrea, estreñimiento y el síndrome del intestino irritable.
  2. Condiciones autoinmunes como artritis reumatoide, lupus, enfermedad celíaca y psoriasis.
  3. Alergias especialmente alergias y sensibilidades alimentarias, asma y estar más vulnerable a resfriados y gripe.
  4. Cambios de estado de ánimo como depresión y ansiedad, falta de energía.
  5. Dolores de cabeza intensos o frecuentes, neblina mental lo que incluye dificultad para concentrarse, adquirir nuevo conocimiento, recordar información y otros. 
  6. Enfermedades relacionadas con un intestino inflamado como enfermedad de Chron’s y colitis ulcerativa. 
  7. Niveles de azúcar en sangre irregulares lo que puede llevar a diabetes tipo 1 y 2 también relacionado con antojos por azúcar y carbohidratos. 
  8. Condiciones de piel como eczema, dermatitis atópica y acné.
  9. Insomnio y la incapacidad de lograr un sueño de calidad.
  10. Aumento de peso y la incapacidad de perderlo.

CÓMO APOYAR EL RECUBRIMIENTO DEL INTESTINO

Si tenemos una barrera intestinal saludable nuestro cuerpo podrá defenderse mejor de toxinas, patógenos y otras sustancias que pueden causar daño. 
Algunas formas en las que podemos apoyar el recubrimiento del intestino son: 
  • Llevar una alimentación alta en nutrientes y antiinflamatoria evitando productos altamente procesados. El gluten, el azúcar refinada, la comida rápida, el alcohol en exceso, los endulzantes artificiales como aspartame, sucralosa y sacarina, los aceites inflamatorios como el aceite vegetal, canola y maíz pueden afectar el balance de nuestra bacteria intestinal y por ende afectar el recubrimiento del intestino. Consumir alimentos probióticos como los fermentados que nos aportan bacteria benéfica. 
  • Seamos intencionales en el uso de medicamentos, algunos de ellos como los AINES (Antiinflamatorios No Esteroideos como ibuprofeno, acetaminofén, aspirina) tienen un efecto en la barrera intestinal. 
  • Identificar y tratar los parásitos intestinales que puedan estar presentes.
  • Darle prioridad al manejo del estrés y usar técnicas como meditación, respiración y yoga. 
  • Limitar nuestra exposición a productos químicos dañinos que muchas veces se encuentran en productos de cuidado personal o limpieza del hogar y que frecuentemente nos encontramos expuestos a ellos. 
Si sospechas que el recubrimiento de tu intestino se encuentra afectado y no sabes por dónde empezar te invito a agendar una sesión exploratoria para que me cuentes tu caso y exploremos la posibilidad de trabajar juntos. Es una sesión gratuita y puedes ver la disponibilidad de horarios aquí: Sesiones Exploratorias Yami Navarro