Los alimentos fermentados están muy populares desde hace un tiempo. No es extraño encontrarnos en el pasillo de los supermercados un tarro de chucrut o sauerkraut o quizás una botella de kombucha o kefir.

Lejos de ser una moda pasajera más, los alimentos fermentados nos acompañan desde hace mucho tiempo, tanto que podemos decir que son un tipo de alimento ancestral.

Con este creciente interés en los alimentos fermentados puede que te estés preguntando: ¿Qué beneficios puede aportar a mi salud el consumo de fermentados?

Sigue leyendo y te cuento.

¿Qué son los fermentados?

Los alimentos fermentados son alimentos producidos a través de la acción de un crecimiento controlado de microorganismos como bacterias y levaduras.

Este proceso naturalmente transforma los componentes de los alimentos creando diferentes texturas, sabores y aromas.

La bebida más antigua intencionalmente fermentada consistía de arroz, miel y fruta y data del año 7000 AC en China.

La fermentación fue utilizada con un medio de preservar los alimentos por más tiempo y fue así como con el tiempo empezamos a fermentar granos, leguminosas, carnes, pescados, vegetales y frutas.

En nuestro cuerpo conviven más microorganismos que células y al consumir fermentados podemos apoyar el balance de estos microorganismos y por ende lograr una mejor digestión, una mejor función inmune y llevarnos a tener mejor piel, uñas y cabello.

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6 beneficios de consumir fermentados

  1. Apoyan nuestra digestión: la fermentación hace que los alimentos sean más fáciles de digerir debido a la acción de las bacterias y levaduras. Esta misma acción hace que para nuestro cuerpo sea más fácil absorber los nutrientes de los alimentos.
  2.  Tienen propiedades antimicrobiales: los fermentados aportan bacteria benéfica a nuestro intestino y esta bacteria puede apoyar el balance de nuestra microbiota al tener un efecto antimicrobial contra bacteria oportunista y patógena. Por ejemplo la kombucha, una bebida a base de té fermentado, puede inhibir el crecimiento de Helicobacter pylori, E.coli y Salmonella typhimurium.
  3. Reducen el contenido de antinutrientes: muchas plantas han desarrollado mecanismos de defensa para proteger sus semillas de ser comidas por insectos y animales, uno de estos mecanismos son los antinutrientes. los antinutrientes interfieren en la absorción de micronutrientes. Al fermentar los alimentos disminuimos el contenido de antinutrientes y de esta manera nuestro cuerpo puede absorber mejor los nutrientes.
  4. Apoyan nuestro sistema inmune: entre el 70 y el 80 por ciento de las células de nuestro sistema inmune viven en el intestino es por esto que si nuestro sistema digestivo está fuera de balance, nuestro sistema inmune se verá afectado. Los fermentados aportan bacteria benéfica que puede apoyarnos a volver al balance de esos microorganismos que viven en nuestro intestino.
  5. Pueden apoyar nuestra salud cerebral y estados de ánimo: hoy sabemos que el intestino y el cerebro están conectados y que desequilibrios en nuestra microbiota pueden contribuir a una respuesta inflamatoria que puede llevar a trastornos a nivel mental como la ansiedad y la depresión. Los alimentos fermentados apoyan nuestra salud mental al aportar bacteria benéfica que ayuda a reducir la inflamación.
  6. Apoyan la salud de nuestros huesos: estudios demuestran que los productos fermentados derivados de la leche pueden apoyar la salud de nuestros huesos al aumentar la biodisponibilidad de nutrientes como el calcio, la vitamina D, el fósforo y la vitamina K2, los cuales son esenciales para huesos fuertes.

Los alimentos fermentados son parte de nuestra historia desde tiempos ancestrales por una muy buena razón: además de aportar los beneficios arriba mencionados aportan nuevas texturas, sabores y aromas a nuestra alimentación.