Muchos de nosotros hemos pasado por desbalances digestivos como inflamación, gastritis, reflujo, acidez, gases, dolores estomacales recurrentes y movimientos intestinales irregulares como diarrea y estreñimiento. 

Sin embargo, ninguno de estos síntomas es normal, a pesar que muchas personas los padecen diariamente. 

¿Qué es la Salud Digestiva?

La salud digestiva se refiere al estado de equilibrio de nuestro sistema digestivo, el cual es esencial para el buen funcionamiento de todo nuestro organismo.

Un intestino en desbalance puede contribuir a condiciones tan variadas como la diabetes, la obesidad, la artritis reumatoide, el hipotiroidismo, la depresión y el cansancio crónico.

Nuestro sistema digestivo se encarga de digerir los alimentos que consumimos, extraer sus nutrientes, los cuales se convierten en la materia prima para que nuestro cuerpo tenga la energía para funcionar adecuadamente y nuestros órganos y sistemas puedan realizar las funciones más complejas.

Existen dos factores que determinan la salud de nuestro intestino: la microbiota intestinal y la pared intestinal. 

La Microbiota Intestinal

En nuestro intestino viven aproximadamente unos 100,000,000,000,000 (100 trillones) de microorganismos, eso es 10 veces más bacterias que la cantidad de células humanas que existen en todo nuestro cuerpo. Hoy en día se conocen unas 400 especies. Se podría decir que somos más bacterias que células humanas. 

Entre las funciones de la microbiota intestinal podemos mencionar: 

  • una función gastrointestinal adecuada
  • nos protege contra infecciones
  • ayuda a regular el metabolismo
  • es el hogar del 75% de nuestro sistema inmune
  • nos ayuda a remover toxinas ambientales

Desafortunadamente muchas de las decisiones diarias de nuestro estilo de vida moderno contribuyen a un desbalance de la microbiota: 

  • el uso excesivo de antibióticos y otras medicamentos como pastillas anticonceptivas y medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs)
  • Dietas altas en alimentos ultraprocesados, refinados y azúcar
  • Dietas bajas en fibra fermentable
  • El estrés crónico
  • Infecciones crónicas con patógenos como H. pylori (asociada con la aparición úlceras digestivas y cáncer de estómago) Cándida, E. coli, entre otros. 

En un intestino sano conviven en balance microorganismos benéficos y oportunistas. Este balance es de aproximadamente 8:2. Los benéficos ayudan a mantener fuerte la pared intestinal, nos protegen de infecciones, ayudan a regular el metabolismo y son hogar de las células del sistema inmune.

Cuando el balance se rompe, los microorganismos oportunistas favorecen la creación de espacios en el intestino.

A este desbalance se le conoce como disbiosis, la cual promueve la inflamación del intestino y si no se toman las acciones adecuadas puede contribuir al desarrollo de enfermedades crónicas como Enfermedad Inflamatoria del Intestino (Inflammatory Bowel Disease), cáncer de colon, obesidad, asma y la permeabilidad intestinal.

La Pared Intestinal

Si todo está funcionando bien en nuestro sistema digestivo, las paredes del intestino actúan como una barrera que nos protege del mundo exterior, permitiendo que pasen nutrientes pero evitando el paso de invasores externos. 

Sin embargo, las paredes del intestino pueden verse alteradas y esto crea espacios que permiten la entrada al torrente sanguíneo de bacterias, parásitos, metales pesados, toxinas, virus y aditivos alimentarios, ocasionando que lleguen a diferentes órganos del cuerpo. 

Esto es lo que se conoce como un intestino permeable. 

Un intestino permeable activa una respuesta inmune que contribuye al desarrollo de enfermedades autoinmunes, obesidad y condiciones de piel. 

Una persona con intestino permeable puede NO tener síntomas digestivos (inflamación, dolor abdominal, gases, estreñimiento, diarrea) pero SÍ otros síntomas tan variados como: 

  • brotes en la piel, dermatitis o psoriasis
  • ansiedad y depresión
  • cansancio
  • dolor de articulaciones
  • acné
  • alergias
  • dificultad para concentrarse
  • una memoria pobre o neblina mental
  • asma
  • pobre función inmune
  • desbalance de la tiroides

Una de las principales razones por las que es preferible limitar o eliminar el consumo de gluten, aunque no tengamos una reacción inmediata a él, es porque el gluten contiene una proteína llamada gliadina, la cual aumenta la producción de zonulina y esta a su vez aumenta la permeabilidad intestinal, lo cual ha sido demostrado en múltiples estudios.

Cómo Apoyar Una Buena Digestiva

Son varias las formas en las que podemos apoyar la salud de nuestro sistema digestivo, veamos las más importantes:

  • Mejorar nuestra alimentación es la forma más natural de apoyar la salud de nuestro intestino. Nuestra bacteria se alimenta de aquello que nosotros comemos. 
  • Enfocarnos en una alimentación basada en ingredientes altos en nutrientes, libre de alimentos ultraprocesados, azúcares y aceites inflamatorios. 
  • Identificar y tratar los parásitos intestinales que puedan estar presentes.
  • Darle prioridad a nuestro manejo del estrés, movimiento, meditación, yoga, buenas rutinas de sueño y descanso
  • Seamos consumidores conscientes de medicamentos. 
  • Limitar nuestra exposición a toxinas: reducir el uso de productos de cuidado personal con componentes químicos tóxicos, cambiar nuestra botella de agua de plástico por una de vidrio o de acero inoxidable, preferir aquellos alimentos locales, cultivados y cosechados conscientemente, con una reducción de pesticidas.