El concepto de “tener una relación con la comida” puede sonar extraño y muy raro, pero si buscamos la definición de “relación” en el diccionario nos dice que es “la conexión, correspondencia entre dos o más personas o cosas”. Muchas personas no creen tener una relación con la comida, pero créeme todos tenemos una.

Sabemos que si escogemos un alimento que no nos hace bien, esto puede arruinar nuestro día o hacernos sentir mal por varias horas mientras que si escogemos alimentos nutritivos y deliciosos nuestro cuerpo nos los agradecerá de vuelta. Todo está conectado.

Vamos a ponerlo de esta manera: no invitarías a tu casa a una persona con la que no te llevas bien o que te hace sentir mal, de la misma manera no le darías entrada a tu cuerpo a alimentos que nos son beneficiosos para ti.

El objetivo de tener una buena relación con la comida se encuentra en comenzar a cultivar más experiencias positivas alrededor de la comida en lugar de experiencias negativas que se traducen en culpa, vergüenza y arrepentimiento.

Sin embargo, algunas veces hay relaciones que pueden volverse tóxicas. A continuación te voy a compartir dos preguntas que puedes hacerte para comenzar a indagar sobre tu relación con la comida:

  1. ¿Cuál es el rol de la comida en mi vida?

En este sentido nos podemos preguntar si la comida que escogemos sirve de gasolina para nuestro cuerpo, nos proporciona los nutrientes necesarios para que todos los órganos de nuestro cuerpo puedan funcionar de manera óptima. También si nos da placer o cariño. ¿Cariño? Pensemos en cuando preparamos un plato tradicional en nuestra familia, ¿cómo nos sentimos?, ¿sentimos el cariño de mamá, papá o la abuela? ¿Sentimos la seguridad y el comfort de estar en casa?

Todas estas emociones asociadas con la comida no tienen nada de malo, el problema es cuando la comida se convierte en nuestra fuente primaria de placer, cariño, seguridad y comfort. En este caso hemos puesto las expectativas muy altas y esperamos que la comida tome el lugar de otras personas e intereses lo cual puede estar en detrimento de nuestra salud física, mental y emocional.

2. ¿Qué está haciendo la comida por mí?

¿Siento miedo de comer ciertos alimentos? ¿Siento culpa, vergüenza o arrepentimiento después de comer? ¿Tengo pensamiento obsesivos alrededor de la comida? ¿Estoy utilizando la comida para distraerme?

De esta manera podremos ir descubriendo algunas emociones asociadas con nuestras elecciones alrededor de la comida.

Una relación sana y satisfactoria con la comida no tiene nada que ver con dietas ni restricción de alimentos. Tiene que ver con el trabajo de tomar decisiones conscientes de poner en nuestro cuerpo alimentos nutritivos y prestar atención en todas las cosas que podemos comer en lugar de enfocarnos en aquellas cosas que nos hacen mal.

Para tener una buena relación con la comida es importante trabajar en ella, igual que lo haríamos con cualquier otra relación en nuestra vida: con la pareja, los hijos, los amigos, otros familiares.

Construyendo Una Buena Relación con la Comida

Al igual que todas las relaciones son diferentes, nuestra relación con la comida es única y es un trabajo interno.

Para empezar es importante dejar de comparar nuestra forma de alimentarnos con la forma cómo lo hace alguien más, estar presentes al momento de comer y estar conscientes del efecto que tiene en nosotros los alimentos que consumimos. Centrar nuestro enfoque en aquellos alimentos que nos hacen sentir bien y que funcionan para nuestro cuerpo.

Los efectos de nuestras decisiones alrededor de la comida los vamos a sentir en nuestro cuerpo, mente y emociones. Al mejorar nuestra relación con la comida podremos tomar responsabilidad de nuestra salud y trabajar en nuestro bienestar a largo plazo.